martes, 24 de enero de 2012

Anochece en la ciudad.



Rumor de la noche opaca,
rumor de las aguas.
Apenas se vislumbra la sábana estrellada,
cielo de luna lejana.
La ciudad con sus luces falsas,
viste sus sedas ufanas.
La miseria es su joya más lozana
y las criaturas de la noche amarga,
salen de sus cuevas en busca de pitanza.
Una música estridente los acompaña,
sirenas y bocinas acompasadas.
La ciudad, esa inmensa cloaca,
no se porqué razón seduce a la masa.
Opíparas veladas,
ninfas perfumadas,
voluntades compradas,
ciegas, sordas y aleladas.
Moles de hormigón iluminadas,
miseria mal disimulada,
prisión de puertas abiertas, cerrada,
Sodoma y Gomorra resucitadas,
Pompeya de la lava del tiempo rescatada.

jueves, 19 de enero de 2012

Y es el viento.



Y es el viento,
el que desde poniente,
empuja a las nubes y las hace llorar.
Y es el viento,
el que las asusta.
Y es el viento,
o la brisa,
la que nos regala
los olores de la primavera.
Y es el viento,
el que tiende la alfombra del otoño.
Y es el viento,
que baja de la serranía nevada,
el que nos hiela el alma.
Y es el viento,
con el que juegan las golondrinas,
en las viejas ciudades de piedra,
con el que juegan las gaviotas,
junto al mar.
Y es el viento,
el que trae el olor a salitre
y a ultramar.
Y es el viento,
el que despeina los trigales verdes;
es él, en definitiva,
el que mueve el mundo.

lunes, 16 de enero de 2012

Murallas viejas de piedra.



Murallas de piedra, tan viejas murallas,
de grandes batallas comidas de hiedra,
la joven adarga, cobarde, se arredra,
la vieja revive pasadas hazañas.

La gloria pasada no mueve molino,
viaja tiempo abajo camino del mar,
del mar del olvido. ¡Qué triste ese mar!
Viaja haciendo mar y haciendo camino.

Las viejas ciudades enseñoreadas,
adormecidas en las tardes de invierno,
sin saberlo, con un pie en el infierno,
tejiendo viejas historias desgastadas.

¡Como duerme España su eterna siesta!,
tras su opíparos festines pasados.
Casinos de provincias abarrotados,
plazas mayores de verbena y fiesta.

Viejo país abufandado y con boina,
de parálisis artrósica atacado,
pasota y desvalido, fracasado,
sacando a relucir rechufla y sorna.

Eterno repicar en los campanarios,
imágenes paseantes en procesiones,
de poetas amargados, tribulaciones,
acompañan la marcha Santos Rosarios.

Tarde triste de la triste España,
triste historia de un querer y no poder,
eterno juego de no ganar y perder,
insuficientes fuerzas, escasa maña.

domingo, 8 de enero de 2012

Un libro de vida.



Y con mi vida
un libro estoy escribiendo.
Tragicómico, a veces;
a veces un cuento;
estrambótico, las más;
las menos, lírico, poético.
En ese libro anoto,
mis viajes, mis encuentros,
mis vidas vividas,
mis descensos
con pie en gloria
y pie en infierno.
Es mi vida,
sus sucesos,
son capítulos escritos,
con fuego grabados, impresos,
en fina letra adornados,
a pergamino oliendo.
¿Quizá mañana olvidados,
en los estantes del tiempo?
Nuestras vidas son los libros,
relatos, odas, sonetos,
y cada día dejamos,
en sus páginas impreso,
el ir y venir cotidiano,
el ir y venir ajeno.
Nuestras vidas son relatos,
sobre renglones rectos,
escritos a mano alzada,
en pergaminos viejos.

lunes, 2 de enero de 2012

Desde mi ventana.



Desde esta mi ventana,
veo el museo del cielo,
los matices pintados
en el inmenso lienzo,
cada día distintos,
cada día perfectos.
Ora gris oscuro,
ora todo el lienzo
de fino azul rasado,
a gusto del gran Maestro.
Intensa luz, día claro,
tarde roja de fuego
y en las noches de luna,
maestría oscura en el lienzo.
Desde esta mi ventana,
veo la obra del Maestro,
matizada cada día
con detalles perfectos,
de luz y de harmonía,
que solo alverga un museo;
el museo inmenso del cielo.