Donde el ángel caído
reencontró su morada.
Donde se encuentra el templo
de la opulencia falsa.
Donde la virtud, tiempo ha,
fue vilmente desterrada,
por los maestres del mal,
arquitectos de la magia.
¿Quien te ha vestido, Madrid,
con seda tan desgastada?
¿Quien, con servilismo y maldad,
ha ensuciado tus jornadas?
Han construido pirámides,
en medio de tus corralas.
En nombre de la falsedad,
te han envenenado el alma.
Inhabitable te han hecho,
cosmopolita y rara.
Avanza su prosperidad,
robándote a ti tu gracia.
En mi vejez te diré adiós,
con la alegría de mi alma.
Tras haber sufrido en ti,
volveré a mi infancia blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario