martes, 21 de abril de 2015

Vergüenza y mar.

El mar,
tan azul, tan profundo, tan inmenso.
El mar.
¿En qué han convertido el mar?
En sepultura de desheredados.
En tumba abierta.
En barrera.
En vergüenza.

El mar. Nuestro mar,
teñido de rojo,
de negro,
de rabia,
de impunidad,
y claro está;
de vergüenza.

La noche muere.
Nace el alba.
Los hombres de la mar salen,
en sus barcos,
pequeños unos, otros grandes.
Esperan encontrar un mar azul,
esperan pescar en él,
como hombres,
que necesitan comer,
que tratan al mar,
de tú a tú, cada día.
Pero ya no hay peces en el mar,
solo hay sangre,
solo hay dolor,
solo hay marea negra,
y lo que es peor:
vergüenza.

Los hombres del mar se preguntan:
¿Y quién puso ahí la vergüenza?...



(A los náufragos que estos días mueren en el Mediterráneo, sin que se le caiga la cara de VERGÜENZA, y el alma a los pies a los responsables).


sábado, 11 de abril de 2015

Las mesas de Juan Español.

Las mesas de Juan Español
están llenas de cocidos,
de suntuosos embutidos
y guisos de grasa y col.

Están vacías de quejas,
de crítica inteligente,
de cumplido diligente,
de la ley y sus madejas.

Están surtidas de pinchos,
de suntuosos Riojas,
de quesos tiernos, milhojas
y quesos viejos de cinchos.

Vacías de crítica están,
de palabra inteligente,
sobre futuro y presente,
sobre la vida y el pan.

El lúpulo cervecero
atonta, alela, idiotiza,
convierte al cerebro en tiza
y a su dueño en vil cordero

que sigue al rebaño entero,
mientras su boca agiliza,
un trozo de longaniza
y un suntuoso ajoarriero.

Juan, sentado a la mesa,
quiere antes mil perdices
que ocuparse del futuro

"¡Qué lo hagan otros!", piensa.
Un guiso de codornices,
antes que el mañana oscuro.

¡Qué rico que está el gazpacho!
Su sabor llama al empacho,
al igual que el salmorejo.
¿Y una olla de conejo?.

Mientras tú mueves el diente,
el legislador si piensa,
y vacía diligente
tu bien surtida despensa.

Juan Español, zampabollos,
despierta, qué estás dormido.
Te están robando los pollos,
esos que aún no has comido.

sábado, 4 de abril de 2015

Abril

La primavera es constatable.
La claridad se va ensanchando.
Un cielo más azul y ameno.
Yo camino.

Vida hermosa y apacible,
vista desde la primavera,
esta que Abril nos regala.
Yo suspiro.

Pasión, palmas, ramas de olivo,
incienso, cera derretida,
Cristos, Soledades, saetas.
Yo recuerdo.

La flor de Abril, segura y firme,
suple a la valiente, de Marzo,
aquella pequeña y temprana.
Yo sollozo.

Y si lloviera, inclusive;
la lluvia sería ese regalo
oloroso y húmedo de Abril.
Yo me mojo.

¡Qué me gustaría un abril
que durara todo el año!
¡Qué toda la vida durara!
Yo soñando.