martes, 27 de octubre de 2009

Nochebuena.

Amanece, fria y helada,
más corta se hace, la noche.
avanzando van los días,

En el cielo relucen las
estrellas como en ninguna
fría noche del invierno.

Cae la niebla gris, temprana,
como un velo de seda,
hasta la amanecida.

Todo se ve más mágico,
como salido de un cuento,
como salido de un sueño.

Al son de una zambomba,
una voz quemada, canta,
al calor de un fuego.

Y el aire huele a niebla,
a anis, a vino, a migas,
a hogar, a dulces, a paz.

lunes, 19 de octubre de 2009

A mi Inés.

Ojos de esperanza, verdes,
cubiertos de lágrimas
y esperanzados a un tiempo,
las más veces sonrientes.

A veces, miedo en tu mente,
a caminar por la senda,
a derramar en el surco
del futuro, la simiente.

Miedo a la vida, no siempre,
tu pesimismo perpetuo,
me hace cada nuevo día,
amarte y protegerte.

La Fe, es un tesoro inerte,
que recostado en su tumba,
silencioso y callado,
espera a que lo despiertes.

Gracias a Dios por tenerte,
voy a dar todos los días,
esperando que el tiempo,
haga que tu seas más fuerte.

martes, 13 de octubre de 2009

El invierno de mi infancia.

A leña de chimenea
huele el aire del invierno,
a frutos secos, a nieve,
noches grandes, días pequeños.

Huele a infancia, ya pasada,
por los raíles del tiempo.
El tren del que nos bajamos,
y al que nunca subiremos.

Huele a hogar y a ropa limpia,
a Navidad, al Año Nuevo,
a casa de nuestros padres,
al fuerte olor de un brasero.

El invierno de mi infancia,
de la que ya no soy dueño,
quedó en el camino largo,
de la vida y del anhelo

lunes, 12 de octubre de 2009

El Sur.

El que baila alegre danza,
bajo el cielo del verano,
que toca fuerte sus palmas,
que a Dios habla esperanzado.

Que en primavera sus galas
luce. Galas de oro y blanco,
que relucen como alhajas,
en un cuello aceitunado.

Que labora en tierra parda,
en mar de tono azulado,
tras paredes encaladas,
con mirar esperanzado.

El que mora en la cañada.
El que en valle ondulado,
saca el vino de la parra,
y riega con el su fracaso.

Madre España.



Madre España, ¡ay de ti!
Las tormentas te acechan.
Por tus valles campan,
los que perderte quieren.

Madre España, ¡ay de ti!
Tu fértil jardín caerá
en manos del demonio
del progreso y del oro.

Madre España, ¡ay de ti!
Desconfiada y alegre
ante el dorado Dios,
te has arrodillado.

Madre España, ¡ay de ti!
Las rosas de tu tronco,
cortarán, y robarán
tu agradable sabia.

Madre España, ¡ay de ti!
¿Que será de ti, madre
confiada, cuando tu
hermosura apaguen?

miércoles, 7 de octubre de 2009

La Procesión.

Ya camina el Nazareno,
por las blancas calles de mi
añorado y blanco pueblo.

Y yo no estoy allí para,
con mi alma, sentirlo y verlo,
y notar la primavera,

primavera de mi pueblo.
Y a la luz de las tinieblas,
ver a mi gente de duelo.

Jueves Santo, primavera.
Ya camina el Nazareno,
acompañado de velas,

de tambor a ritmo lento.
Acompañado de gentes,
cargadas de sentimiento.

Y lejos de allí, yo añoro,
no estar con el Nazareno,
no acompañarle en mi tierra,

de la que ahora estoy lejos,
de la que hace años me fuí,
caminando tierra adentro.

lunes, 5 de octubre de 2009

Anochece.

Cielo rojo de la anochecida,
nubes vestidas de blanco y bermejo.
Venga la noche, váyase el día.

La luna se asoma ya a lo lejos,
con su túnica blanca va vestida,
estrellas la acompañan en cortejo.

Los que desde abajo al cielo miran,
el espectáculo de arriba, desde el suelo:
-Si. Existe Dios, o alguien...-Musitan.

Arriba, de vestido cambia el cielo.
Abajo, la noche se torna tibia.
Despacio, van saliendo los luceros.

Las estrellas y la luna, ya desfilan,
Se va poniendo en marcha el cortejo,
que en la noche recrearán mi vista.

Metidos en la fiesta danzaremos,
una tierna y dulce melodía,
que será interpretada por el viento.