martes, 12 de octubre de 2010

Me Pregunto.

Constantemente mi ser se pregunta,
el porque de ser, de mi ser.
El porque de nacer para vivir muriendo,
para iniciar el camino
de la muerte.

Constantemente, con frecuencia, me pregunto
porque el hombre es Caín y no Abel.
Porque, con nuestra tozudez, propia de hombres,
nos empeñamos en destruir,
construyendo.

¿Que viento, solano, seco, agobiante
enturbió nuestra pobre alma?
¿Quién tornó en razón nuestra animalidad,
salvaje, sana, infantil,
inocente?

A veces me pregunto; ¿por qué me pregunto?.
Hay veces que me contesto.
A veces, mis preguntas se las lleva el viento
y, volando, se pierden
a lo lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario