jueves, 10 de noviembre de 2011

De noche en la alcazaba.



Brillaba la blanca luna,
brillaba, sobre la alcazaba.
Brillaba en la noche oscura,
hacía la noche más clara.
En la oscuridad nocturna,
por la luna desvelada,
la torre de Espantaperros,
se hace vigía y capitana.
En las noches con luna,
lunas de noche clara,
asoma a la vieja torre
la figura de un fantasma.
¡Es Marwán que ya retorna
a defender su morada!
¡Es el hijo del gallego,
nacido bajo la espada!,
que vuelve a guardar su pueblo
cruzado por el Guadiana.
Que viene a guardar su viña
de la mordaz amenaza
de Muhammad, el Califa
de Córdoba, la sultana.
Badajoz no es toda mora;
tampoco es toda cristiana.
Pleitesía no le debe,
ni a Córdoba ni a Granada.
Vuelve Marwán a su pueblo,
las noches de luna blanca;
por la alcazaba pasea
su feroz, guerrera estampa.
¡Es Marwán el gallego,
nacido junto al Guadiana!
¡Que venga a luchar con él
quien quiera rendir su casa!
Es noche de luna llena,
que ilumina la alcazaba,
cuando el fantasma de Marwán,
pasea por sus terrazas;
oteando el horizonte,
velando por la amenaza,
que le vendrá desde el sur,
de Córdoba la sultana.

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