lunes, 12 de diciembre de 2011

España.

¡Qué me prediquen con trigo!
¡Qué me prediquen con pan!
¡Qué me prediquen con harina
de libertad!

Qué sus palabras se llenen
de alimentos veraces,
que de sus bocas salga
pan horneado y no sangre.

¡Oh, campos de España!
Tranquilos, invernales,
desiertos, neblinosos,
inertes, terrenales.

¡Oh, gentes de España!
De siesta y duermevela,
de mies mal repartida,
de avaricia enferma.

¡Oh, España!; recoges tu cosecha
desde tiempos sin memoria, ancestrales,
de infames cacicatos, sin mecha,
pólvora mojada, antiguos males.

El oro de Indias desperdigado
por palacetes, por panteones,
esfuerzo de gañanes mitigados
por migajas de recios galeones.

¡Oh, España!
Duermes, bailas, crees, piensas,
amas, oyes, odias, sueñas.

Ora norte fértil y laborioso,
ora sur desesperado y seco;
el sol y sombra de un redondo coso,
un hondo cantar de un hondo flamenco.

Olivares en hileras;
Pinares y un verde prado.
Ensangrentadas banderas,
pendones de un pasado
atrincherado en almenas
de recioviejos poblados.

¡España!
Tan mal gobernada,
cándida y doliente;
de caciques, morada;
de gente corriente,
caldera inflamada.
¡España!

Ruedo, sol, coso, duermevela....
...y esperanza.

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