jueves, 19 de enero de 2012

Y es el viento.



Y es el viento,
el que desde poniente,
empuja a las nubes y las hace llorar.
Y es el viento,
el que las asusta.
Y es el viento,
o la brisa,
la que nos regala
los olores de la primavera.
Y es el viento,
el que tiende la alfombra del otoño.
Y es el viento,
que baja de la serranía nevada,
el que nos hiela el alma.
Y es el viento,
con el que juegan las golondrinas,
en las viejas ciudades de piedra,
con el que juegan las gaviotas,
junto al mar.
Y es el viento,
el que trae el olor a salitre
y a ultramar.
Y es el viento,
el que despeina los trigales verdes;
es él, en definitiva,
el que mueve el mundo.

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