martes, 28 de mayo de 2013

Recuerdos, lluvia y luz en una tarde de primavera.

Primavera, luz del sur, cielo aturquesado y raso. Gris tormentoso y espontáneo, inconveniente, caprichoso; gris de primavera, caluroso, húmedo atropicalado, verde, contundente, esporádico. Golondrinas juguetonas e inquietas. Mañanas luminosas, tardes tranquilas y luengas, brisas suaves, armónicas, que me traen recuerdos; ¡Ay, los recuerdos! Recuerdos de cal, y luz, y pueblo, y gente. Recuerdos del pueblo, de olores a campo. Recuerdos: Un niño juega con una vieja pelota marrón en un patio blanco y limpio, entre un viejo limonero y unos rosales floridos, cerca, un perro moteado en blanco y negro dormita junto al brocal de un pozo encalado. Recuerdos: Una mujer de pelo blanco como la nieve, vestida de negro perpetuo, cose, o pela unas verduras, sentada en una silla de madera y esparto a la luz de la tarde tranquila de primavera, en aquel blanco patio. De vez en cuando la mujer levanta la vista y riñe al niño que no para quieto con la pelota marrón. Recuerdos.
Empieza a llover, fuertemente, a la manera de la primavera, a la manera de mayo, la luz de la tarde tranquila se va y viene, se intercambia con la tarde gris. La lluvia hace aflorar los olores de las plantas y de la tierra, y hace aflorar más recuerdos.
¡Ay, cuantos recuerdos!

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