Ojos de esperanza, verdes,
cubiertos de lágrimas
y esperanzados a un tiempo,
las más veces sonrientes.
A veces, miedo en tu mente,
a caminar por la senda,
a derramar en el surco
del futuro, la simiente.
Miedo a la vida, no siempre,
tu pesimismo perpetuo,
me hace cada nuevo día,
amarte y protegerte.
La Fe, es un tesoro inerte,
que recostado en su tumba,
silencioso y callado,
espera a que lo despiertes.
Gracias a Dios por tenerte,
voy a dar todos los días,
esperando que el tiempo,
haga que tu seas más fuerte.
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