miércoles, 2 de diciembre de 2009

Cielo de una tarde de invierno.

Tonos grises sobre el azul turquesa,
pintados con mano firme en lienzo
de invierno.

Ni Picasso, ni Sorolla, ni Miró,
alcanzaron nunca tanta perfección,
ni tanto arte.

Retrato de la tarde del invierno,
que cada nuevo día, se transforma,
se renueva.

Una nueva pincelada cada día,
gris oscuro en levante, poniente
gris más claro.

Azules turquesas de hoy, mañana
completarán el cuadro de las tardes
del invierno.

LLegó la noche, de matiz oscuro
vestida, cambiando el tono al cuadro
de la tarde.

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