jueves, 6 de mayo de 2010

Mi Vega.

El cielo viste su mejor túnica,
de un azul celeste, deslumbrante.
Verde está el campo.

Tranquilo y perezoso va el Guadiana,
ahora inmenso, ahora manso,
hacia poniente.

La brisa, perfumada de romero,
acaricia mi cara, mi cuerpo.
Cae la tarde.

Las golondrinas bailan en el cielo.
Dibujan piruetas imposibles.
Juegan con el sol.

Vuelvo a casa. Vuelvo al pueblo.
Su universo de cal se ve a lo lejos,
saludándome.

Voy sintiendo, su perfume de azahar,
su calor de hogar, su risa infantil,
Vuelvo a ser niño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario