Cesó,
se apagó el canto de la guitarra,
y su danza pararon
los dedos que la acariciaban.
En la mañana de febrero,
fría y blanca,
el sur, encalado y triste,
vertiendo está un mar de lágrimas.
El sol es menos sol,
y la mañana, menos mañana;
se acalló el De Lucía,
se acalló su guitarra,
se acallaron los dedos que la acariciaban,
y esos sones del sur
que el flamenco guarda.
(A Paco De Lucía)
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