viernes, 6 de febrero de 2015

Oda al pan y circo.

Para el regente,  indispensable.
No hay droga más eficiente,
que al intelectual coeficiente
vuelva, de normal a inestable.

Aborrega; esto es constatable,
el rebaño sigue a Vicente,
capitán borrego de la gente,
general de una masa incontable.

Luchan gladiadores de mentira,
afilan sus viperinas lenguas,
cocodrilos de ojos llorosos,

frente a madamas de la ira,
propagadoras de bulo en leguas,
pan de cada día de los ociosos.

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