Para el regente, indispensable.
No hay droga más eficiente,
que al intelectual coeficiente
vuelva, de normal a inestable.
Aborrega; esto es constatable,
el rebaño sigue a Vicente,
capitán borrego de la gente,
general de una masa incontable.
Luchan gladiadores de mentira,
afilan sus viperinas lenguas,
cocodrilos de ojos llorosos,
frente a madamas de la ira,
propagadoras de bulo en leguas,
pan de cada día de los ociosos.
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