sábado, 14 de febrero de 2015

El halago

Te halagará quien mal te quiera,
porque el halago debilita,
su mordacidad posibilita
bajar la guardia ante cualquiera.

Ni la más despiadada fiera
goza de un arma tan cainita,
como esta, que si no se evita,
te adormirá cuando te hiera.

Manadas de toros bravos quiero
antes que dos mil aduladores,
que hinchen mi vanidoso orgullo.

Las verdades del señor barquero,
antes que de espaldas sobadores,
y la sencillez de Pero Grullo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario