domingo, 30 de agosto de 2015

Agosto está terminando...

...se oye a los cuervos trinar.
¿Es el otoño cercano?
¿El calor? ¿El azul del mar?
¿Quién posible hace el prodigio
de los necios declamar,
prometiendo mil dádivas
a los que de par en par,
les abran sus corazones,
hacienda, familia y lar?
¿Cuándo se vio a un grajo
su graznido aderezar,
con lisonjas, con guirnaldas,
con telas de fino telar,
en busca de algo que tienes,
que tienes y les puedes dar?
El alago debilita.
El alagador no es de fiar.
Desconfía de un cuervo negro,
que trine en vez de graznar.
Los cuervos, trinar, no trinan,
ni las gaviotas del mar.
Los gorriones no graznan,
ni a los gatos he visto aullar.
Si ves esto, desconfía,
como cura en lupanar.
Si ves un cuervo que trine,
y ves a los peces volar,
tal prodigio no es prodigio,
es seda de otro telar.
El cuervo, tras engañarte,
volverá presto a volar,
entonando sus graznidos,
volando en pos de tu ajuar.

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