Somos viento y agua;
el viento que agita
el trigo en la amada
vega, de mi vida,
de mi más tierna infancia.
El agua que corría
hacia la tierra parda,
o corría tranquila
por el viejo Guadiana.
Somos agua y viento
que agita las cañas,
y somos tibia brisa
en la madrugada,
que mitiga el esfuerzo
duro de la jornada.
Somos campo, aceite,
olivo y escarcha,
caras color cobrizo,
manos amarronadas
de sacarle a la tierra
raíces y estacas.
Somos rocío limpio
que baña las mañanas
del otoño de nieblas,
que mi tierra empaña.
Somos viento de enero
que en las noches opacas
aulla como un lobo
buscando carne blanca.
Somo agua de abril,
caída cuando demanda
lágrimas del cielo gris
el trigo de las campas.
Somos campo, aceite,
olivo y escarcha,
el viento que agita;
somos viento y agua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario