Y llorará el otoño desconsolado,
y sus lágrimas anegarán
los atrios de los palacios,
e inundarán la ciudad
y sus barrios altos,
y esas lágrimas llegarán
a la cima de los collados.
Y llegará el otoño desconsolado,
a regar las semillas
que florecerán en mayo,
las torres caerán
a fuerza de llanto,
que oxidarán cadenas
y abrirán candados,
y serán testigos,
los árboles deshojados.
Y clamará el otoño desconsolado,
teñirá de cárdeno
su manto,
abrirá los postigos
atrancados,
y el sentimiento de agobio,
antes guardado,
se derramará por los pueblos,
se derramará por los campos,
como derrama el invierno
su manto blanco,
y la verdad bajará,
como baja el sol tras el ocaso,.
Y morirá el otoño,
y con él el año,
y vendrán nuevas aguas,
y nuevos barros,
y un otoño nuevo vendrá
a visitarnos;
y una nueva luna
que alumbrará otros collados,
que inundará de luz
la ciudad y sus barrios,
y anegará de vida
los atrios de los palacios.
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