viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad.

Navidad blanca de postal
soñada, ideal, mágica,
para acomodadas mentes
guardadas en cristalinas,
blancas urnas.

Navidad única, tierna,
de calles engalanadas
con deslumbrantes lámparas
de neón y de opulencia
falsa y vaga.

Navidad real, oscura,
de puentes engalanados
de miseria y desamparo,
bajo los que se esconden
la tristeza.

Navidad cruel y avara,
pervertida, travestida
en opíparos banquetes,
en falsa solidaridad,
hipócrita.

Y sin embargo, Navidad
de esperanza, regada
con cristalinas aguas
de auténtica hermandad,
entre todos.

Quizás Navidad futura,
auténtica, deslumbrante,
adornada con las luces
que ensombrecerán la maldad
inhumana.

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