martes, 22 de septiembre de 2009

El invierno

Duro invierno que te adhieres a mi piel,
que sacas a relucir mi pobreza.
Como ladrón te introduces en mi ser,
y apenas molestas a los pudientes.

Viene el invierno y tiembla el mendigo,
que con su pobreza se defiende de el,
que con su miseria va a combatirlo,
que envuelto en su tristeza ante el caerá.

Aquí está, y tiemblan los desamparados.
De la cadena, los eslabones más
finos, indolentemente parapetados,
desterrados de la justicia humana.

Con tu frío aliento, apenas lames,
los gruesos muros de la avaricia,
cebándote de manera cobarde,
con los que esos muros cimentamos.

Muera el Invierno injusto y tirano,
llévese con el a su hermano Otoño,
a los pobres acuda el Verano,
y con su alegre rostro, la Primavera.

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