Arrastra nuestros sueños
y nuestras esperanzas.
Embravecida, bruta,
ciega, impenetrable.
Hacemos frente a ella
con nuestra frágil barca
construida con madera
del bosque de los sueños.
A babor y a estribor,
borda abajo caen,
siempre los otros caen,
pero nosotros nunca.
Pero cuando caemos,
con estupor oímos,
los lamentos de otros
que ayer cayeron.
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