domingo, 20 de septiembre de 2009

La mar brava

Arrastra nuestros sueños
y nuestras esperanzas.
Embravecida, bruta,
ciega, impenetrable.

Hacemos frente a ella
con nuestra frágil barca
construida con madera
del bosque de los sueños.

A babor y a estribor,
borda abajo caen,
siempre los otros caen,
pero nosotros nunca.

Pero cuando caemos,
con estupor oímos,
los lamentos de otros
que ayer cayeron.

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