Marchó el día con su andar cansado,
con su candil apenas luminoso,
dejando en el cielo su estela roja.
Viene la noche con su manto negro,
a tapar del día los sinsabores,
las vivencias, las penas y alegrías.
La noche es una madre que todo
lo tapa, que nos consuela, nos mece;
en ella descansamos, olvidamos.
En sus brazos soñamos y amamos,
al calor de su regazo dormimos,
bajo su protección nos desarmamos.
Pero llega el alba, y silenciosa,
se marcha, nos abandona, y vuelve
el nuevo día que nos desvelará.
Y con el libraremos batalla,
y con el caeremos derrotados,
hasta que vuelva la noche con su paz.
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